«¿Por qué has de enviarle el borrador a alguien que no pertenece a nuestra compañía?»
Tuve que esperar a llegar al monstruo revuelto y brutal para ver la película homónima de la obra cumbre de Mario Puzo «El Padrino». Recuerdo que en mis años de estudiante universitario en Santa Clara, esta fue proyectada en varias salas de cine pero nunca hallé la oportunidad para verla, era muy niño cuando fue estrenada en el único cine de mi pueblo y no era apta para menores además. Nunca tuve la suerte de verla, sin embargo me leí el libro más de una vez en diferentes ediciones. Un sin fin de veces más después de mi llegada a este país que me acogió, no me canso de mirar ese clásico que es «El Padrino». Ahora no la miro por la exquisitez del guión, ni las actuaciones, ni tampoco para ver como funciona(ba) ese bajo mundo de la Cosa Nostra, lo miro como un material didáctico de negocios.
Cada cual ve el mundo de un mundo diferente, como se suele decir, según el cristal con que se mire. Un geólogo verá a una piedra como un material de estudio, un albañil como un elemento de construcción y un escultor como una obra maestra aún por tallar y así sucesivamente todos veríamos una o más formas distintas de aplicaciones según su experiencia o sus necesidades. «Cada hombre tiene su propio destino», diría el personaje de Vito Corleone.
Cometer errores es de humanos y en mi caso, que he cometido y cometo muchos, los tomo como lecciones, a veces reincido una y otra vez; espero que sea para aprender la lección mucho mejor. ¿Será que aprendo mejor en modo difícil? También se puede aprender mucho de los errores que otros cometen y eso es mucho mejor si se analiza con seriedad y profesionalismo porque algunos errores tienen consecuencias catastróficas, incluyendo fatalidades irrecuperables. Por eso la sabiduría de la humanidad se recoge desde tiempos remotos en todos los medios que el hombre tuvo a su alcance, desde escribir en las paredes de una cueva, libros, grabaciones de audio, películas, otras multimedia, guardar cápsulas del tiempo, etc. Es lo que pienso de «El Padrino». Si describimos la obra desde un punto de vista netamente de Negocios, sin juzgar la legalidad o humanidad de las acciones realizadas, no se puede hacer este análisis si no se habla de la matriz DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades). Todo plan de negocio que se respete ha de contar con este análisis. Recuerde que si no sabe adónde va posiblemente termine donde usted no desea.
Don Vito Corleone (El Padrino, el mero mero), se reúne con su equipo de trabajo (La Familia) previo a la discusión directa (Negociación) con el vendedor y potencial cliente/socio (Virgil Sollozzo, el Turco). La proposición sobre la mesa consiste en la colaboración y apoyo en un negocio (sucio y riesgoso en este caso) muy lucrativo. Hubo un estudio de mercado realizado por el equipo de trabajo, no destacado en la obra, pero se hace una descripción del vendedor (Sollozzo) y del producto (narcóticos). Sus ventajas (Oportunidades), escenario, competencia y proyección del futuro (ganancias mínimas de un 30% en el primer año). Se detallan las posibles pérdidas si se hace o no la transacción (Debilidades a corto y largo plazo) tanto de la entidad corporativa (familia) y también de la competencia (otras familias). Posición y Fortalezas de la corporación en el momento, así también una estimación de las necesidades (condiciones de venta) del vendedor y sus aliados (socios). Se hace una evaluación del riesgo, muy importante pues se calcula los pros y contras de negociar y de no negociar (Amenazas). Don Corleone (jefe supremo de la familia) escucha a todas las partes (colección de datos) y piensa (el CEO es una posición ejecutiva), toma «nota mental» de la opinión de todas las partes con opciones de voto (los Capo-regimen no votan), también escucha los puntos del vendedor (Sollozzo). Con un modo muy sutil y diplomático pero enérgico y determinante, toma las decisiones de su corporación (Solución ejecutiva). La respuesta a la proposición es una «negativa total» pero El Don convincentemente explica sus razones. Se supone que la palabra del Don «sea la última palabra» sin ningún tipo de argumento tras la decisión final expuesta por el jefe supremo. De pronto un comentario torpe del potencial sustituto de El Padrino (Sonny Corleone, ‘su hijo’) revela nuevas Debilidades ocultas de la corporación al vendedor, haciendo ver a la «otra parte negociadora» la verdadera opinión (brecha) de uno de sus miembros con derecho de voto acerca de esa Oportunidad de negocio. «Nunca dejes que alguien que no sea parte de la familia (Corporación) sepa lo que piensas…» le dice el Don a su hijo de mente obtusa. Esa frase y ese fragmento constituye el argumento principal de toda la obra, los hechos que se desencadenan después están causados por todo lo que sucede en esa «fallida» negociación.
Debo admitir que la razón por la cual escribo este post es debido a que algo parecido me sucedió a mí. Estuve a punto de cometer el mismo error, esta vez con el borrador de uno de mis trabajos. Suelo enviárselo a varios de los miembros con voto de la Corporación a la cual pertenezco, sin embargo rompiendo el protocolo establecido y casi a punto de enviárselo a otra persona que no tiene nada que ver con la corporación, por suerte le hice el comentario a mi hijo (quien es mi jefe y CEO de la Corporación) que me espetó: «¿Por qué has de enviarle el borrador a alguien que no pertenece a nuestra compañía?». De pronto volví a la realidad y todo el pasaje antes comentado, así como sus consecuencias, desfilaron por mi mente dando pie a este post.
La vida es una carrera única, todos tenemos una y la llevaremos del modo que podamos cada cual. El destino es cambiable y la oportunidad de éxito se disfraza de diferentes modos, por esa razón a veces nos cuesta mucho descubrirlos. Pero hay unos mensajes mucho más implícitos en toda esta trama de «El Padrino» que son expuestos durante toda la obra, tanto escrita como cinematográfica. ¡Existen ojos y oídos observando todo cuanto haces! Tomemos a dos gigantes del exclusivo Dow Jones: Apple y Microsoft. «Tomó» ideas Apple acerca de su interfaz gráfica y el uso del «ratón» a Xerox para la Macintosh y otro veterano en esos embelecos, conocido como Bill Gates, hizo lo mismo con Apple tiempo después para su famoso Windows (Ladrón que roba a ladrón…) ¹ La competencia no duerme ni un segundo para despojarte de lo que tu tienes.
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Tanto Apple como Microsoft, ventilaron sus «diferencias» con todas las partes afectadas. Hacemos mención de estos eventos a modo de ilustrar lo antes expuesto. Aquellos que ven más que una piedra y los que inocentemente muestran su «inservible» piedra.
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